El diente de león (Taraxacum officinale es la especie más común) es una planta que te encuentras fácilmente en los paseos por el campo y además es una de las plantas medicinales con efectos más importantes y probados. Las hojas de diente de león se pueden comer cocidas o crudas y sirven como una excelente fuente de vitaminas A, C y K. También contienen vitamina E, ácido fólico, pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, e insulina, el tipo de fibra más beneficioso para la salud de la microbiota intestinal. Además, proporcionan una cantidad significativa de varios minerales, incluidos hierro, calcio, magnesio, potasio y silicio, pero las propiedades medicinales del diente de león se deben a la combinación de compuestos antioxidantes y anti-inflamatorios, como el betacaroteno y los polifenoles, los ácidos chicórico, clorogénico y taraxínico, el fitol y el tetracosanol.
¿Para qué sirve?
-Regula el metabolismo
-Regenra el hígado
-Posee acción anticancerígena
-Mejora la digestión
-Mejora el estado de la piel
-Previene las infecciones
Algunas investigaciones indican que el diente de león puede tener propiedades antimicrobianas y antivirales. Varios estudios in vitro han hallado que el extracto de diente de león reduce significativamente la capacidad de replicación de virus y bacterias dañinas.
LA TIERRA NOS REGALA LA MEDICINA, CÓGELA, BENDÍCELA, CONSÚMELA…