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A continuación compartimos una breve historia de la vida y muerte de Covadonga “Chonga” Ona.

Covadonga Ona

“La Chonga”

Una pequeña Selk’nam, conocida como la “Chonga”, fue llevada a Punta Arenas, desde Tierra del Fuego, en 1885, cuando la niña tenía 10 años de edad, por Rodolfo Stubenrauch, cuando éste se desempeñaba como Administrador General en la capital provincial, de los lavaderos de oro del Páramo, costa atlántica Argentina, pertenecientes al ingeniero rumano Julio Popper.

Stubenrauch, trasladó a la pequeña hasta la ciudad de Punta Arenas, con el ánimo de dejarla como parte de su servidumbre, haciéndose conocida de la comunidad por su simpatía y gentileza.

La figura de la Chonga era muy popular; se le veía hacer la mayoría de las compras; además, aprendió a leer y escribir. Al cabo de seis o siete años aprendió el alemán.

Viajó con la familia Stubenrauch a Alemania donde siguió un curso de “servidumbre”, durante cinco meses.

Su inesperada y misteriosa muerte (tuberculosis), fue muy comentada en Punta Arenas, pues la habían visto en las calles, ágil, desenvuelta y alegre, con su delantal blanco impecable, tres días antes de su deceso.

Sus funerales se efectuaron el 21 de noviembre a las tres de la tarde. Sus restos fueron depositados en el cementerio de avenida Bulnes, al interior izquierdo de la entrada, a unos cuarenta metros del portón central.

La ceremonia religiosa fue realizada por el vice-párroco, reverendo Maggiorino Borgatello, honor muy especial; se ignora si fue efectuada por petición de la familia Stubenrauch o por gestiones de Miguel Calafate, Ona muy religioso que era ayudante general en las misas los días domingos. Se colocó en su tumba una cruz blanca con ribetes negros en las tres puntas. En ella una inscripción decía: COVADONGA ONA, 20 de Noviembre de 1899. Edad 25 años.

Cementerio en Punta Arenas

Punta Arenas estuvo convulsionada con la muerte de la Chonga. Se comentaba que se había comprobado que enviaba al cacique Felipe, revolucionario joven de origen Tehuelche, todas las noticias que para él tenían interés, escuchadas en las tertulias de ganaderos en la casa Stubenrauch, muy especialmente las diligencias que se hacían para capturarlo. Cuando éste murió a manos de los ganaderos, se encontró entre sus ropas una nota de Covadonga Ona.

Las preguntas sobre la extraña muerte de la joven que todos se hacían eran: ¿Cómo la familia Stubenrauch iba a tener a su servicio a una tuberculosa? Además, a las reuniones sociales efectuadas en la casa de sus patrones, asistían las más conspicuas personalidades de la Colonia y todas eran atendidas por la Chonga con una desenvoltura sin límites. ¿No habrían temido éstas un contagio?

Todas estas preguntas sobre el repentino y curioso fallecimiento de Covadonga Ona, nunca tuvieron respuesta.

Nota publicada en “Lo que todo magallánico debe saber” de Radio Polar, el año 2010.

También podemos escuchar parte de la historia de “ la Chonga” en este video, contada por la actual presidente de la Corporación Selk’nam Chile.

Tristemente, el nombre “Covadonga Ona” fue impuesto luego de la extracción que esta valiente niña sufrió desde el territotio que era su hogar.

Por una parte “Covadonga” fue en honor al buque tan conocido durante la guerra del pacífico y, por otra parte, “Ona”, que era el nombre con el que erróneamente se conoce a los Selk’nam.

A pesar de este nombre, también fue conocida como “La Chonga”, lo que mas bien era un apodo que los vecinos de Punta Arenas le dieron a la joven que siempre iba de compras para abastecer a sus patrones.

Lamentablemente, en una época de conquista y vejaciones, lo más recurrente fue quitar a los indígenas su identidad, por lo que no es sorprendente que a la fecha no se conozcan registros con el verdadero nombre de la Chonga.

Sería una verdadera maravilla y tendría un gran valor cultural un documento como el mencionado, pero, insito, lo último en la lista de prioridades de las personas que tomaron como esclavos a cientos de adultos y niños, era conservar sus identidades.

Aunque, como dicen por ahí, lo último que se debe perder es la esperanza, con el pasar de los años se han hecho conocidos distintos libros y documentos de la época con nueva información… un rayito de esperanza ante el anhelo de conocer el verdadero nombre, el nombre Selk’nam de Covadonga Ona.

Ahora que ya conocen la historia de Covadonga “Chonga” Ona, ¿consideran que las posibles causas de su extraño deceso son dignas de agradecer y homenajear?.

Pues para nosotros, una mujer que dio su vida impulsando una causa tan noble como salvar cientos de vidas, merece todo el respeto y agradecimiento.

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Categories: BlogCultura

KsonTewte

Mujer Selk'nam, autodidacta y feliz.