Cultura Selk'nam
Una cultura con más de 10 mil años en Tierra del Fuego, y poco más de 100 años fuera de ella.
Mucha es la información que se ha escrito sobre la historia de exilio y genocidio del pueblo Selk’nam, son muchos los autores, algunos de ellos tuvieron la suerte de registrar en sus obras parte de la cotidianeidad de la vida de nuestros ancestros, en cambio otros, se basaron en lo que dijeron los primeros e incluso fabricaron su propio material para rellenar sus libros. Es por esto que en nuestro relato, no nos centramos en referencias bibliográficas, puesto que además de poseer esa información “oficial”, también contamos con la versión que nos dejaron nuestros abuelos, aquellos que nacieron y vivieron en tolderías, aquellos que antes de fallecer traspasaron a sus hijos y nietos los recuerdos de sus infancias e incluso adolescencias.
Lo primero es ubicarnos en tiempo y espacio
Lo primero es ubicarnos en tiempo y espacio.
Existen hallazgos y estudios que posicionan el surgimiento de la cultura Selk’nam a finales del paleolítico e inicios del neolítico, es decir, hace 10 o 12 mil años. Recientemente se descubrió un entierro del cual habrían suposiciones sobre los inicios de esta cultura hace aproximadamente 15 mil años.
Por lo que podemos deducir es que nuestra cultura existe, por lo menos, desde hace 10 mil años.
Tierra del Fuego es una isla, al sur del continente americano, que limita con el canal Beagle al sur, océano atlántico al este, y el océano Pacífico al Oeste (límites de la parte chilena, ) ya que esta gran isla fue dividida entre Chile y Argentina mediante un tratado en el año 1881 bajo el gobierno de don Domingo Santa María.
Nuestro pueblo tenía una condición física apta para vivir en un territorio, que para muchas personas que llegaron durante el siglo 19, lo catalogaron como inhóspito, sin embargo, para nuestros abuelos era lo natural y era su amado hogar.
El pueblo Selk’nam habitó la isla en su totalidad y era un pueblo transhumante, cazador y recolector. Vivían en clanes familiares o Harowen, los cuales tenían dominio de caza bien delimitados. En general, todos los harowen respetaban estas delimitaciones de palabra y cuando se veían en la necesidad de traspasar al harowen vecino, solían hacerlo previo autorización del “administrador” de dicho territorio. Por lo demás, estos traspasos se veían forzados principalmente por la migración de las manadas de guanacos y la imposibilidad de cazar y proveer sustento dentro del propio harowen.
Otro aspecto importante de esta cultura es que jamás se casaban entre familiares, los jóvenes debían esperar pacientemente a que se realice una junta entre dos o más harowen para poder encontrar pareja.
A pesar que cada uno tenía un rol bien definido, éste no era de exclusividad, por ejemplo, las mujeres se dedicaban mayoritariamente de la recolección de frutos, huevos, hongos y mariscos, pero también estaban capacitadas para cazar.
Caso contrario, para los hombres, el rol fundamental era cazar y proveer de carne al harowen y su nucleo familiar, pero también recolectaba si era necesario, sobre todo cuando la cacería era escasa.
Sociedad
Los Selk’nam crearon y mantuvieron una sociedad tranquila y armónica, si bien es cierto que, como seres humanos, a lo largo de los milenios tuvieron que tener enfrentamientos, sobre todo entre harowen vecinos, en general fueron personas pacíficas, que no obraban mal-intencionadamente solo por gusto. (Hablamos en pasado en esta frase, ya que los Selk’nam actuales fuimos criados en una sociedad totalmente distinta a la que dse describe, es decir, los Selk’nam actuales pueden tener y desarrollar diversos vicios y actitudes a consecuencia de la asimilación cultural, tanto en Chile como en el extranjero).
Esta armonía a la que hacemos referencia tiene que ver tanto con el trato entre personas, como con el trato que se daba a la madre tierra. En más de 10 mil años Tierra del Fuego nunca sufrió las concecuencias de albergar humanos. Esto se debe a que los Selk’nam no explotaban los recursos disponibles hasta el punto del agotamiento de ellos. Por el contrario, al ser un pueblo transhumante se encargaban de que el traslado se llevara a cabo antes de poner en riesgos los recursos de la zona. Es importante señalar que la extracción de recursos no excedía la capacidad de reproducción de la tierra y jamás se cosechaba más de lo que realmente iban a comer.
No obstante este respeto sagrado hacia la tierra, la alimentación tenía que ser abundante y variada de acuerdo a la estación, cuando el alimento escaseaba en alguna familia del harowen, esto era indicador de que aquellas personas no se habían esforzado lo suficiente, lo que era motivo de vergüenza.
Cada persona en el harowen tenía un rol y todos eran importantes, la unión y organización, era fundamental para la sobrevivencia del clan.
Por una parte era primordial abastecer los alimentos, tanto de parte de los hombres como de las mujeres, como se explica más arriba, pero la vida del Selk’nam no era sólo comida. Dependiendo de la ubicación geográfica del territorio se manejaban las situaciones de maneras distintas. Por ejemplo, en el norte no hay bosques, lo que obliga a las personas de esas latirudes a intercambiar, por ejemplo, troncos para poder armar las tolderías, lo que significaba que cada vez que las familias comenzaban a marchar al próximo destino, era tarea de las mujeres que se encontraban en buenas condiciones, trasladas los troncos, organizar a los niños, los cueros de los toldos, los implementos y utensilios utilizados para recolectar frutos y hongos, raspar los cueros, alhajas, y todos lo que contengan las viviendas. Al mismo tiempo los hombres iban dispuestos y preparados para cazar en el camino y así proveer de alimento durante lo que durara el viaje.
Alimentación
La dieta del Selk’nam antiguo se basaba en el consumo de carne, principalmente de guanaco, aunque dependiendo de la zona dentro de la isla, del clima, y de la abundancia, también se consumía carne de zorro, cururo, aves (como los cormoranes) pescados (pequeños, de pesca de orilla, y grandes, como ballenas baradas) y mariscos. Además, se complementaba con bayas, setas, verduras silvestres, como apio y achicoria, así como con huevos.
Actualidad
Como mencionamos al principio, mucha es la información sobre cómo vivían nuestros abuelos en Tierra del Fuego, algunas fuentes más confiables que otras, pero la documentación está.
Ahora queremos compartir lo que ha significado ser Selk’nam en el último siglo. Ya no vestimos con cueros y grasa animal, ya no somos arqueros y arqueras desde la niñez, sin embargo, la mayoría de los Selk’nam contemporáneos aún somos recolectores, al caminar por una playa o un roquerío, es usual recoger conchas, aún tenemos un vínculo estrecho con la madre naturaleza, tal vez no con la intensidad de los antiguos, aún así, el vínculo es innegable.
A través de los relatos y costumbres familiares, hemos podido mantener en el tiempo distintas características de nuestra cultura. Tejidos, palabras, gestos, medicina, espiritualidad, entre otros.
Nuestro pueblo ha sido invisibilizado de tal forma, que recurrentemente somos cuestionados, muchas personas creen que poniéndonos “a prueba” podrán juzgar la veracidad de nuestra historia. Muchas personas nos dicen que es imposible que seamos Selk’nam, porque los libros dicen que ese pueblo está extinto, otros nos dicen quees inaceptable que digamos ser Selk’nam, puesto que ellos han memorizado más pasajes de los libros de historia que nosotros… en fin, podríamos seguir toda una tarde exponiéndo estras atrocidades.
Para ser capaces de soportar y responder a estas interrogantes, hemos tenido que superar varios procesos, para lo que ha sido fundamental en la red de apoyo que la Comunidad Selk’nam Covadonga Ona hemos formado. Otro pilar fundamental ha sido la Corporación Selk’nam Chile. Ésto último se debe a que en la sociedad chilena no significas nada sin una personalidad jurídica.
Para llegar donde estamos hoy día, hemos tenido que aprender a enajenarnos de nosotros mismos, al leer los libros de historia por ejemplo. También hemos descubierto, o re-descubierto, la vida de comunidad, conocer testimonio de personas que también pensaban ser las únicas que conservaban este conocimiento, esta herencia y responsabilida, es de vital importancia para alcanzar los hitos a los que hemos llegado hasta ahora.
Somos varias familias, algunas más preparadas que otras para declamar su identidad ante una sociedad que lentamente está abriendo los sentidos a verdades, innegables pero ocultas.
¿En qué estamos actualmente?
En pleno año 2021, con las limitantes que produce la pandemia, con los problemas sociales que enfrenta el país, y con algunas elecciones en el futuro próximo, el pueblo Selk’nam, al menos los que tenemos conocimiento de serlo y que estamos reunidos en la Comunidad, estamos a la espera de que el proyecto de ley que nos integra como 11° pueblo indígena de Chile, sea puesto en tabla en la cámara de Senadores. Para llegar a esta instancia constitucional, también necesitamos que el gobierno libere los fondos que deben ser destinados para realizar el estudio historiográfico oficial. Mientras esperamos, trabajamos arduamente para soportar distintas situaciones que ponen en peligro todo el trabajo educativo que hemos llevado a cabo, una ola de apropiación cultural y comercio indiscriminado, donde se transgreden todas nuestras creencias y nuestros derechos.